El descubrimiento de las minas y su influencia en el municipio de Barruelo de Santullán
El hecho que cambió radicalmente la historia de Barruelo y transformó una aldea de 37 habitantes en el que llegó a ser el mayor pueblo de la provincia de Palencia, fue el descubrimiento del carbón, que le convirtió en el pueblo pionero de la Minería Palentina.
Es comúnmente conocido que Ciriaco del Rio, cura de Salcedillo, regresando de Aguilar de Campoo a su pueblo una tarde de 1838, se topó en el suelo con unos trozos de piedra negra y lustrosa. Acudió a Reinosa a consultar a los Sres. Collantes, conocedores por poseer una mina de lignito en Las Rozas, y que pocos años más tarde iniciarían los trabajos en la cuenca del río Rubagón.
La Compañía Hermanos Collantes, será reconocida junto a José García de los Ríos, como los infatigables patricios a quienes se debe la organización de los negocios de Barruelo y Orbó respectivamente.
Desde 1845 los Hermanos Collantes trabajaron en la mina Dolores y en los pozos Bárbara y el Porvenir en Barruelo, así como en Orbó y Cillamayor.
La Sociedad Hermanos Collantes vendería en 1856 parte de las posesiones mineras al Crédito Mobiliario Español, y sería el Canal de Castilla, como empresa subvencionada por el estado, quien se encargaría de llevar el carbón de Barruelo a los centros de consumo, transportando el mineral en pesadas carretas desde las bocaminas hasta los lanchones del canal en Alar del Rey, y desde aquí por el río hasta Valladolid, para luego ser llevado hasta Madrid por la carretera estatal. Todo este trasiego del carbón encarecía su precio final, y condicionaba el futuro de la producción en la Cuenca Minera Palentina.
Con la adquisición de las concesiones mineras de Barruelo por parte del Crédito Mobiliario Español, en 1856, se dio un gran impulso a las inversiones en la Cuenca minera. Abarcó esta empresa muchos negocios, tales como fábricas de gas, vidrio, ladrillos etc., que se presentaban como grandes consumidores de carbón, cuando no lo tenían como materia prima básica. La empresa se planteó desde el primer momento el abastecimiento de carbón como objetivo prioritario y sin dejar de lado el carbon ingles (prueba de ello es la construcción de la línea férrea Alar-Santander) impulsó la producción con la construcción del ferrocarril carbonero Quintanilla de las Torres-Orbó, que unía las minas con la línea Alar del Rey-Santander, siendo la propia empresa la mayor consumidora del carbón que se producía. Con la puesta en funcionamiento del ramal Quintanilla de las Torres-Orbó, serán 13 los Km de tendido ferroviario que permitan poner el carbón de bocamina en Madrid con mucha más facilidad. La construcción de dicha línea en 1864, eliminó la competencia con los carbones leoneses, ya que reducía sensiblemente el precio final de la tonelada. También se vio beneficiado el carbón de Barruelo con las tarifas especiales por parte de la compañía Caminos de Hierro del Norte, que cobraba 29 céntimos por tonelada y Km. a aquellas empresas que transportaban en sus líneas más de 30.000 toneladas al año, oscilando los precios habituales entre los 45 y 50 céntimos por tonelada y Km. Así el carbón de Barruelo pudo competir con el carbón inglés y la producción se vio multiplicada, pasando a ser Palencia la segunda provincia productora de España.
Cuando se inicia la consolidación de la Siderurgia del Cantábrico, se impulsa definitivamente el sector del carbón, siendo 1895 un año crítico en cuanto a la protección de la producción nacional.
En 1877, la Sociedad de Crédito Español, vendió sus pertenencias a la Compañía de los Ferrocarriles del Norte, en cerca de diez millones de reales, comprometiéndose esta última a suministrar de combustible a la Compañía de Gas de Madrid. De este modo se convierte Barruelo hacia 1880 en algo así como el almacen de gas de Madrid.
Disponía esta empresa en Barruelo de un edificio dedicado a lavadero, en el que en 1879 sólo trabajaban cinco operarios, un secador, una fábrica de aglomerados de briquetas, un economato que surtía de víveres a los obreros y un Cuartel de la Guardia Civil. En 1882 el viejo Castillete de madera fue sustituido por uno de hierro de una altura de 28 m. También se construyó un nuevo lavadero y puede decirse que se dotó a las minas de Barruelo de un nivel técnico muy avanzado para los tiempos que corrían.
Las instalaciones de Barruelo podían producir cerca de 100.000 toneladas de hulla al año con 845 mineros y las de Orbó cerca de 80.000 toneladas con tan sólo 187 mineros.